Escribe: Jesús Victor Salvador Portuguez
La imagen del niño está realizada en madera tallada de una sola pieza siendo ésta policromada, -tiene varios retoques en su cuerpecito-. Su rostro divino es la más bella expresión celestial de la cristiandad. Tiene una altura de 60 cms. Está en posición de pie, tiene la mano derecha levantada como si nos estuviera expresando algo, su mano izquierda extendida en ella porta un pequeño mundo de metal, que representa a la humanidad. Sobre su cabeza se aprecian tres potencias de plata o rayos celestiales.
Según las versiones de nuestros abuelos, se tiene conocimiento que nuestra imagen fue traído de la ex Hacienda Palo en la ruta a Con Con en Cañete por nobles campesinos langlinos que laboraban en los algodonales de aquella hacienda, migrando primero al anexo de Ramadilla y posteriormente fue conducido por fervientes devotos al anexo de Langla iniciándose de esta manera su veneración, siendo la más antigua de esta tradición.
En el año de 1939 se fundó la “Sociedad de Pascuas de Reyes”, siendo sus iniciadores y fundadores don Manuel DE LA CRUZ, Pablo DE LA CRUZ, Julio PORTUGUEZ LUYO y Mariano AUDANTE e Hipólito SANCHEZ, (QEPDDG) empezándose a celebrar dicha festividad religiosa cada año en la fecha indicada, actualmente el niñito Jesús está acompañado por otros dos pequeños niños sentados sobre su silla. Los potajes que comparten los socios devotos a cargo de la festividad son la “sopa seca”, la carapurcra, y el caucau, otros platos tradicionales que dejaron de servirse están el “guerre”, papa a la huancaína, el puchero. "Las mayoralas" (damas socias) antiguamente servían la tradicional chicha de jora para el público y era común brindar con la rica “cachina” de uva quebranta. El Niño es objeto de innumerables presentes que adornan su anda, éstos son subastados entre el público a los mejores postores, en su centro de adoración se colocan 4 plantas de plátanos con las que sus hojas largas sombrean la imagen del niño, la imagen recorre el barrio en una procesión al compás de la Banda de músicos bendiciendo a sus devotos.
La imagen anualmente atrae a innumerables devotos de diversos puntos del país y del extranjero que han visto en él y su pueblo un gesto de amistad y punto de reencuentro con sus familias, sobre todo con la tradición de apertura y amistad langlina. Pero sin duda alguna, será la danza de las PALLAS o pastoras representadas por jóvenes adolescentes con su anaco ancestral de color azul, corona blanca, pañuelos de colores con bordados especiales colocados alrededor de su cintura (cual doncellas Incas) quienes danzando ordenadamente se desplazan hacia el lugar donde se encuentra la imagen preciada ofreciéndole cánticos de villancicos y recitares alusivos. Están guiadas en sus desplazamientos por dos alegres pastores o “guiadores”, que con sonaja en mano y su acompasado zapatear muestran al público su entusiasmo festivo de adoración. Acompañan sus modanzas dos maestros que dejan escuchar una ancestral música: uno con su agudo sonar de una flauta de carrizo y el otro con el vibrar de las cuerdas de un viejo arpa, ambos acompañarán tres días de fiesta, dejándose escuchar hermosas melodías de adoración y modanzas dedicadas al bello Niño del 6 de enero.
Por: Jesús Víctor Salvador Portuguez.
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