El 4 de agosto de 1821, a pocos días de haber sido proclamada la independencia del Perú, el general José de San Martín ordenaba la creación política de Lunahuaná, un pueblo milenario y orgulloso de su origen inca. Han pasado 188 años y Lunahuaná sigue manteniendo orgullosa su aire natural, sus deliciosos camarones, su río caudaloso, su cielo azul y sus campos en donde las uvas, base de uno de los mejores piscos de país, crecen dulces y sanas.
Había que celebrar y lo hicieron toda la semana, con pisco de uvina, cepa local, por supuesto. Todo empezó el lunes 3 de agosto, con una serie de actividades oficiales: retreta, pasacalles, la elección de la Señorita Lunahuaná y una impresionante demostración de fuegos artificiales.
Al día siguiente, fecha central de la celebración, la Plaza de Armas del pueblo lucía mucho más colorida que de costumbre. Cientos de personas decidieron dedicarle unos minutos al pueblo que los vio nacer. Una misa, el izamiento del pabellón y la condecoración a lunahuanenses ilustres coparon la mañana. Ese día, por la tarde, las mujeres locales cocinaron los mejores platos a base de camarones y los turistas se aventuraron al río Cañete para dejar fluir su adrenalina, como un homenaje a la naturaleza.
Las celebraciones duraron toda la semana. El pisco por poco se acaba y los guías terminaron exhaustos. Los que se perdieron esta fiesta pueden sacarse el clavo yendo este fin semana a disfrutar de la comida, la naturaleza y los deportes extremos.
Fuente: Diario ElComercio
Fotos: Archivo
LunahuanaWeb
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