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Declaran Patrimonio Cultural de la Nación a la Quebrada Cantagallo,

El Instituto Nacional de Cultura (INC) declaró Patrimonio Cultural de la Nación a 11 monumentos arqueológicos prehispánicos de los departamentos de Piura y La Libertad, y en la provincia limeña de Cañete.

En Piura recibieron dicha denominación los sitios arqueológicos Bayóvar I y Cueva del Inca, ubicados en el distrito y provincia de Sechura. En el distrito de San José, de la provincia liberteña de Pacasmayo figuran: Cerro Pitura, Villanueva, Chaquira, La Calera, La Pampa 01, 02 y 03, registrados en el proyecto de Qhapaq Ñan.

Asi también, se otorgó esta categoría a la Quebrada Cantagallo y Quebrada Higuerón, situadas en los distritos de Lunahuaná y Pacarán, respectivamente, en Cañete.

Cualquier proyecto de obra nueva, caminos, carreteras, canales, denuncios mineros o agropecuarios, obras habitacionales y otros que pudiesen afectar o alterar el paisaje de los monumentos arqueológicos mencionados, deberá contar con la aprobación previa del INC.

Las resoluciones directorales publicadas hoy(24 Mayo 2010) en el boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, llevan la rúbrica de la directora nacional del INC, Cecilia Bákula Budge.


Cantagallo, en la búsqueda de su historia
El complejo ceremonial pre-inca de Catapalla, se encuentra situado al nor-este y a 6 Km. de la zona histórica del distrito de Lunahuaná, en el anexo rural del mismo nombre y en la margen izquierda del rió Cañete.

Las investigaciones históricas y etnológicas sugieren que la cultura en mención, se asentó en la quebrada de Cantagallo, formándose como resultado de las diversas invasiones de pastores trashumantes, algunos de ellos de las alturas de la provincia de Yauyos, Huancavelica y Junín, permitiendo deducir de los rasgos etnológicos y costumbres tradicionales que se grabaron perennemente de generación en generación, a través de rituales, actualmente perdidos en el tiempo.

LA CONSTRUCCION DE LOS TEMPLOS
Las edificaciones que se aprecian en el centro ceremonial, han sino construidas con piedras de recolección de las zonas aledañas (no hay vestigios de piedras labradas o pulidas para las construcciones) dichas paredes han sido pircadas muy cuidadosamente a modo de dos paredes, en cuyo interior eran rellenadas por barro podrido con leznas junquillo y paja, para darle mayor consistencia al acabado final que semejaba a un tarrajeado como un rústico estucado, mediante el cual se hacia mas manejable la utilización de pinturas que adornaban dichos templos.

También se aprecian algunas paredes de la zona residencial, que se muestran desnudas, con vestigios de una construcción más nueva y moderna que se extiende hacia límites controlados y hacia adentro de la quebrada, devorando la topografía pedregosa. Posiblemente obedece a técnicas de construcciones sencillas y de edificación apresurada, por una finalidad urgente; es decir que no hay una planificación en la estructura de crecimiento poblacional.

El grupo indígena que se asentó en el lugar, según los restos de kiokkenmoedings (restos de basurales), hace presumir que no excedían de los 100 habitantes dedicados exclusivamente a la ganadería, agricultura y alfarería; asimismo, es muy posible que también haya sido utilizada como una zona de tránsito o descanso de viajeros.
Informacion obtenida de: LunahuanaWeb.blogspot.com
Otra de las singularidades de toda la edificación, es el uso posterior del adobe, con técnicas intrusas, lo que evidenciaría una mano de obra incaica a través de mitmas, traídos de otros pueblos conquistados. Esta técnica, indudablemente digamos mixta, se fusiona con el entorno y la esquemática peculiar de cada ambiente.


LA PLAZA CEREMONIAL
También se observa una pequeña plaza ceremonial de forma cuadrangular, cuyo acceso principal de los fieles se realiza a través de una gradería que colinda con un angosto pasaje de paredes altas y ventanas trapezoidales, que conducen al palacio principal.

Al oeste puede distinguirse otro pasaje angosto muy similar al anterior q ue se encamina hacia una especie de altar, donde debió de haber dispuestos gran cantidad de divinidades.

AREAS DE ADORACION
Al norte, en las pendientes de los cerros contiguos se aprecian pequeñas habitaciones con hornacinas trapezoidales (huecos en forma de arco en una pared, para colocar en él estatuas, jarrones o divinidades en algunas culturas antiguas), puertas y vanos pequeños, (hueco de ventana intercolumnio) que se esconden entre los dobleces de los cerros; escaleras empotradas, que en realidad son espolones de piedras clavados en las paredes que facilitan el acceso inmediato hacia otros ambientes dispuestos en la parte superior de éstos.

Los habitáculos pequeños muestran techos ligeros con troncos, cubiertos con hojas, esterillas y otras plantas secas, diseñados a dos aguas; lo singular de dichas disposiciones es que tienen gran similitud con los albergues de acllas, desconociéndose el nivel jerarquico de sus ocupantes y la diversidad de las ceremonias y ritos ejecutados en el lugar.

ACUEDUCTOS SUBTERRANEOS
Otra construcción de mucha importancia, que alberga el complejo, son los acueductos subterráneos y reservorios, ejecutados como una notable obra de gran perfección hidráulica, que permitía llevar agua acarreada desde el río, para regar tierras y abastecer a todo el complejo.

Los techos y el piso de todo el conducto subterráneo, estaban construidos de piedras “lajas” y las paredes laterales de piedras “rodadas”, muy bien acondicionadas; asimismo se aprecian varios “respiraderos” o también llamados “ojos”, que tienen acceso a la superficie, desde donde se realizaba la limpieza de toda la vía subterránea, y se llevaba a cabo en una época determinada, cuando concluían las cosechas mediante un colorido ritual.

LOS SEPULCROS COLECTIVOS
No muy lejos, siguiendo las sinuosidades de los cerros cercanos, más al este, una serie de fosas colectivas de forma cuadrangular y circular, muestran los vestigios de muertes masivas que obedecerían posiblemente a alguna epidemia.

Asimismo, se ha encontrado evidencias que según la costumbre los sirvientes eran sepultados junto al jefe , para acompañarlo y servirle en la eternidad.

Las paredes de dichos sepulcros se hallan pircadas, elucidas y situadas en montículos artificiales, difiriendo de tamaño, número y disposición de sus ocupantes, indicando una considerable densidad poblacional. Este detalle también evidenciaría que cada sepulcro era construido con anticipación por ello los acabados y presentación estructural de cada uno, aunque exista diferenciación muy marcada de las ofrendas.

En el interior eran ubicados los cadáveres y con relación al número de ocupantes, herramientas, alimentos, amuletos y otros productos, obedecían también a un cerrado y complicado culto y ritual que simbólicamente predominaba en la zona, mezclado con algunas costumbres intrusas del sur.

Los cadáveres se encontraban desnudos, en cuclillas, dispuestos, con la cabeza hacia el norte, rodeados de un ajuar funerario, con las manos atadas y sosteniéndose el maxilar inferior.

Las tumbas antes descritas, no guardan uniformidad en su apariencia y contenido. Unas ofrecen riqueza de ofrendas y otras exhiben pobreza, lo que advierte una marcada jerarquerización de clases sociales. Hay tumbas, pocas desde luego, donde las ofrendas solamente se componen de gran cantidad de oro, plata, bronce, anillos de cobre, pinzas, cuchillos, agujas de oro, escudillas y otros objetos indicadores de prestigio como collares decorados con dibujos repujados, pesadas placas metálicas con figuras antropomorfas, etc. Una tumba de esta categoría, manifiesta haber sido de un personaje de alto nivel, indudablemente de un Jefe de clan o sacerdote.

Existen sepulcros de rango intermedio, al cual pertenecen la mayoría. Allí las ofrendas son vasijas de cerámica, anillos de diferentes tamaños, campanillas y pendientes de plata. si bien todo esto indica división de clases, es posible, sin embargo que también estén relacionados con las frecuentes diferencias de ocupaciones de conformidad a las edades y el sexo.

LOS RITUALES
El ritual religioso desarrollado por los antiguos ancestros de la cultura Runaguanac, en la zona de Catapalla, estaba fielmente ligado al “culto de los muertos”; En cierta época del año y muy presente en sus actividades diarias ocupacionales; convirtiéndose subconcientemente en un miedo mítico, por que consideraban a sus ancestros como vigilantes perennes de su trajinar diario, ya sea en la siembra, preparación del terreno, cosechas, lluvias, etc.

Es por ello que dicho centro fue catalogado como uno de los más conspícuos lugares de gran predominio religioso y donde aún se puede sentir la fuerza y la energía positiva de los apus (dioses de los cerros, gran sacerdote).


colaboración: Ramon Salazar


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1 comentarios:

Manuel Gonzales Benites on 28 de abril de 2012, 10:43 dijo...

Es interesante las descripciones, pero eso es el 30% que queda, yo soy de catapalla y he podido en mi infancia observar la destrucción masiva de los restos arqueologicos por los huaqueros y uno en especial "El Ruso popo" y en las escabaciones se logro encontrar objetos de oro y ceramios intactos incas, fardos de momias intactas, bisturi y otros objetos que estan en la poseción de los lugareños.
Gracias por que laguien se preocupo por los restos de mi pueblo, catapalla tierra de vid y algodón. Las riveras del cerro guarda mucho misterio. Recuerdo y tengo fotos de unas piedaras tipo batan que posiblemente lo usaron para moler o triturar algo estos estubieron en la plaza ceremonial de canta gallo. Las caracteristicas de los ceramios de color anaranjado fuerte de dos golletes y en algunos casos delineados con colores rojo indio, negro, blanco.

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